Hablar de Liverpool antes del inicio de la temporada 1983-1984 de la Copa de Europa era hablar de un favorito, de uno de los gigantes del continente con un pasado reciente y un presente espectacular. Había ganado 3 de las últimas copas de Europa disputadas, y 6 de las últimas 8 ligas inglesas. Dirigidos por Joe Fagan, los ingleses disputaron la primera fase con el Odense danés, venciendo en ambos partidos por 0-1 y 5-0 respectivamente. En Octavos de final llegó el duro cruce con el duro equipo vasco Athletic Bilbao, último campeón de Liga. El empate a cero en Anfield, llevó la apretada definición a San Mamés, donde los ingleses se impusieron por 0-1 con gol del Rush.
Otra vez de locales, los reds abrían la serie ante Benfica en Anfield. La victoria por 1-0 (fumate el partido entero si no tenés vida), otra vez con gol de Rush en la segunda parte, le daba una efímera ventaja a los ingleses, que disputarían en el Estadio da Luz la revancha, con singular éxito. El partido en Lisboa se abrió rápidamente con el gol de Whelan a los 9 minutos, aumentando Johnston a los 33. En la segunda parte, el descuento de Nené hizo que lo portugueses se desprotegieran excesivamente y Rush y Whelan nuevamente, iban a cerrar el 1-4 definitivo.
La victoria ante su tradicional rival Everton en la final de la Copa de la Liga, hizo que el cuadro rojo llegara más que motivado a los duelos con el Dinamo Bucarest. Una nueva victoria por 1-0, esta vez con gol de Lee a los 25 le dio la ventaja necesaria a Liverpool para manejar a su antojo la revancha en Rumania. El gol de Rush a los 12 minutos en el Estadio 23 de agosto de Bucarest, terminó de inclinar la serie en favor de los ingleses. Los rumanos lograron empatar por medio de Orac en la primera parte, pero nuevamente Rush en el segundo tiempo iba a sentenciar el pasaje a la final para los reds: 1-2.
La gran final ante Roma estaba designada para el Estadio Olímpico de la ciudad de Roma, por lo que los ingleses serían visitantes en la instancia. Los romanos querían ganar la Copa europea por primera vez con el aliciente de que sea frente a su público en su ciudad. Pero hay algunos equipos que están destinados a las hazañas, y las condiciones difíciles no hacen más que agrandarlos. El capitán Phil Neal encontraba un rebote en el área para marcar el 0-1 a los 13, pero antes de terminar la primera parte iba a empatar con un buen cabezazo el delantero italiano Pruzzo. El segundo tiempo fue duro, ninguno de los dos dio ventaja ni en el alargue, y los penales decantaron en la quinta Copa de Europa para Liverpool, que conquistaba Roma y Europa nuevamente, con su goleador galés Rush y un equipo con estirpe de campeón detrás.