Como esos animales que permanecen hibernando unos meses para reaparecer con todo su estirpe, Cristiano apareció
el partido anterior a la primera final que tendrá que disputar este
cascoteado Real Madrid. Tres apariciones fugaces, punzantes,
demoledoras. El PSG mira de reojo al protagonista de las dos últimas
Champions, que parece despertar de su letargo para pelear el torneo
continental. Hay que respetar a Cristiano, a pesar del shampoo, a pesar
de las arcadas, es uno de los mejores jugadores de la historia de este
deporte, y es puro presente. El Madrid de Zidane, conoce de revivir como el Ave Fénix.
Ojalá
que me equivoque y se tranquilice este portuguesito, porque hay buenas
chances de que se cruce con Uruguay en el Mundial. Maestro, por favor,
hay que traer al Pato Sosa.