La ausencia de equipos brasileños por segunda vez consecutiva en la Copa Libertadores de 1970,
volvía a abrir una franquicia para los equipos rioplatenses, que en ese
momento tenían poca competencia en el resto de los países
sudamericanos. Estudiantes de La Plata, bicampeón de América tras ganar
las ediciones de 1968 y
1969 iba a defender su bicampeonato y a buscar conseguir lo que nadie
hasta ese momento: ganar tres Libertadores consecutivas.
Los argentinos entraron en el certamen en semifinales por haber sido los últimos campeones, ese reglamentación fue una de las que la Federación Brasileña quiso eliminar. El rival en partidos de ida y vuelta iba a ser River Plate, que contaba con jugadores de la talla de Más y Onega. Sin embargo, el equipo pincharrata le ganó a los millonarios en un Monumental repleto, con el gol de la Bruja Verón. Lo mismo ocurrió en La Plata pero esta vez la victoria iba a ser clara y contundente: 3-1 con goles de Verón, Echecopar y Jorge Solari.
Las finales ante Peñarol fueron para alquilar balcones. Se cuentan mil historias de los cruces entre Estudiantes de La Plata y los rivales uruguayos, pero esta es una de las más tremendas. El equipo mirasol llegaba a la final por la puerta de atrás, luego de haber tenido problemas en el plantel y con el entrenador brasileño Brandao, y sin mostrar un fútbol convincente, con un plantel joven con pocas figuras, dado que los experimentados estaban con la selección uruguaya en el Mundial de México (Forlán, Mazurkiewicz, Rocha, entre otros). Por el otro lado Estudiantes tenía dos títulos que lo respaldaban y la confianza de las victorias ante River. A pesar de esto, los aurinegros hicieron un buen partido en La Plata, defendiéndose fervientemente y recibiendo el único gol del partido por parte de Togneri a los 87 minutos.
La segunda final en el Centenario terminó con el tricampeonato y una gresca histórica entre los jugadores. Peñarol no logró convertirle a los platenses, que sostuvieron el partido de manera heroica. Cuenta la leyenda que varias mañas fueron usadas por los argentinos, entre ellas pinchar con alfileres a los rivales, tirarles tierra en la cara y ofender a familiares. Todo es parte del mito, lo que sí ocurrió fue la tremenda piñata de la cual hay algunos registros fotográficos. El pincha dio la vuelta por tercera vez, y junto a Independiente, siguen siendo los únicos que la ganaron tres veces seguidas. La defensa de Estudiantes estaba conformada por Pagnanini, Spadaro, Togneri y Medina; los mediocampistas Bilardo, Pachamé y Solari, y de delanteros jugaron en la segunda final el histórico Verón, Echecopar y Conigliaro, dirigidos por Zubeldía.