Independiente de Avellaneda, Rey de Copas de América y último campeón de la Copa Sudamericana, descendió a la Segunda División del fútbol argentino en 2013.
Parece tan lejano e irreal, pero ocurrió. Fue la fiebre del fantasma de
la B, que merodeó a los equipos grandes en Argentina primero, y en
Brasil después. En aquella ocasión, el Rojo no pudo evitar la debacle y
sufrió el peor destino deportivo para un club grande. Un capítulo aparte
el disfrute de sus vecinos de Avellaneda para celebrar la desgracia rival.