Sabido es que en la ciudad coloniense de Juan Lacaze ya no se produce papel, tras el cierre de la Fabrica Nacional de Papel el pasado año la ciudad se quedó sin su pilar económico fundamental. Hoy en día lo mejor que dan los sabaleros es la cebolla, el jugador de Peñarol es el bastión de un equipo carbonero que tras la lesión de Gargano se muestra tembloroso y dubitativo. Como quedó demostrado una vez más este miércoles contra Atlético Tucumán el cebolla es el corazón, la cabeza y las piernas del equipo
El lacacino ahora se encarga, además de ser capitán, de robar la pelota, aguantarla, hacer la pausa, habilitar, pensar, mandar el centro y cabecearlo, patear penales, jugar para la selección y llegar a fin de año con resto físico para organizar la Fiesta del Gaucho.
Tal vez en Juan Lacaze no hay papel, pero hay Cebolla para rato.
