Los
90 fueron sin duda la década del Parma Calcio, un equipo con nula
experiencia en Serie A hasta la temporada 90-91. De la mano de la marca
Parmalat, el equipo consiguió trascender la serie C y B en las que
competía habitualmente y comenzar un meteórico ascenso hacia los
primeros puestos del fútbol europeo. Los crociati ganaron una Copa
Italia, una Recopa Europea y hasta una Copa UEFA en ese comienzo
fulgurante de década, además de una recordada Supercopa Europea ante
Milan, y lograron mantenerse en buenas posiciones en Serie A (siempre
sobre el 5° puesto). Pero el mejor año en la historia de nuestro equipo
homenajeado llegaría en 1999, donde conseguiría tres títulos: Copa
Italia, Copa UEFA y Supercopa Italiana.
Las
caritas de la foto hablan por sí solas, Parma tenía uno de los mejores
planteles del fútbol italiano, con jugadores como Buffon, Thuram,
Sensini, Cannavaro, Dino Baggio, Verón, Balbo, Crespo y Asprilla. Un
cuadro de Play Station. En la Copa Italia los parmesanos que eran
dirigidos por Alberto Malesani arrasaron con todos sus rivales. Las
victorias contra Genoa como local (3-0) y visitante (0-1) en
dieciseisavos, y contra Bari como visitante (1-2) y el empate de local
0-0 por octavos de final. El duelo en cuartos sería ante un Udinese que fue el único que lo pudo derrotar por 3-2 como local, aunque en la vuelta el 4-0 en el Ennio Tardini fue contundente. Por semifinales iba a ser Inter el rival,
que tras la derrota en el Giuseppe Meazza por 0-2 con goles en la
segunda parte de Verón y Balbo, viajaría con pocas esperanzas a Parma,
donde el local lo recibiría con dos nuevos goles en la primera parte
(otra vez Verón y Chiesa). El empate transitorio de Zamorano de nada iba
a servir de nada. La final sería con Fiorentina, que brillaba con
Batistuta a la cabeza en su mejor momento. En la ida en Parma abriría la
cuenta Crespo a los 18 y lo empataría Gabriel Omar a los 81. El empate a
dos goles en la vuelta iba a terminar consagrando a los visitantes por
el insólito gol de visitante, que en ese torneo aplicaba también en
finales. En un tremendo partido en el Artemio Franchi, Crespo abría el
marcador pero lo iban a dar vuelta Repka y Cois, aunque el empate final
lo lograría Vanoli para los parmesanos. Primer título de los tres que conseguiría en tres meses.
La Copa UEFA fue el plato fuerte para este tremendo equipo ducali que se sacó de encima en las primeras fases a rivales como Fenerbache y Wisla Cracovia, no sin sufrimiento y por escaso margen. Ya en octavos, el empate ante Rangers en Glasgow le permitió definir en Parma con tranquilidad, aunque el tempranero gol de Albertz tras un grueso error de Sensini iba a hacer trabajar a los italianos. En la segunda parte Balbo, Fiore y Chiesa iban a despejar las dudas sobre la clasificación a cuartos de final: 3-1. En esa instancia el rival sería el Bordeaux, que tras vencer 2-1 a Parma en la ida, iba a recibir una histórica paliza por 6-0. Esa noche invernal se florearon todas las figuras parmesana, convirtiendo los goles Crespo y Chiesa en dos oportunidades cada uno, Sensini y Balbo. La seguidilla de Parma en el torneo iba a continuar en un repleto Vicente Calderón, que sería testigo de la dopietta de Chiesa y el gol de Crespo, para el 1-3 definitivo (Juninho había empatado en la primera parte). En la vuelta una nueva victoria de Parma pero por 2-1 (Balbo y Chiesa) iba a sellar la clasificación a la finalísima de Moscú.
El Estadio Olímpico Luzhnikí con 62.000 espectadores se engalanaba para la gran final, en la que Parma tendría su consagración. El intratable Hernán Crespo marcaría la apertura a los 26 minutos aprovechando un error defensivo inexplicable de Laurent Blanc, y Vanoli con un preciso cabezazo iba a estirar la diferencia 10 minutos después. La confianza del equipo de Malesani era muy grande, y tras una jugada preciosa armada por Thuram y Verón en la derecha y definida de manera impactante por el goleador Chiesa (luego de que Crespo abra sus piernas para dejar pasar el balón). Parma dejaba su huella en la historia por segunda vez en pocos días.
La faena se remataría un par de meses después, al comienzo de la temporada 99/00, cuando los gialloblú se midieron por la Supercopa Italiana ante el Milan, campeón de la Serie A. La victoria de Parma 2-1 en el Giuseppe Meazza volvió a ser un mojón para el club, ya que era la primera vez que conseguía este título. La nueva incorporación de los parmesanos, Ariel Ortega, sería fundamental para la victoria, remontando un 1-0 con goles de cabeza de Crespo y Boghossian. Que el fútbol te conserve en la gloria Parma Calcio!!