Último partido de Peñarol en la fase de grupos de la Copa Libetadores y los reconocidos periodistas de este país juegan a ponerle signo de preguntas a todas las certezas que la gran parte de la población tiene. Peñarol va por la sexta, por la sexta eliminación consecutiva, y no temo en afirmarlo como el resto de mis colegas, a los cuales el miedo al ridículo les causa más pudor que la vergüenza de su mediocridad.
Desde la Libertadores 2011 que el carbonero no pasa la fase de grupos, y ya que no clasificó a la edición 2015, esta será la 6ta vez consecutiva que no puede acceder a los 8vos de final. Hay que ser muy ingenuo para pensar que Libertad y Atlético Tucumán no buscarán el empate que les sirve a ambos, terminará el partido, intercambiarán camisetas y se drogarán con porro malo hasta quedar chinos.
Con esto no quiero insinuar que haya un acuerdo explícito entre ambas instituciones, pero que un Argentino y un Paraguayo no se den cuenta de que frente a sus ojos hay un negocio que beneficia sin alto riesgo a ambos, sería tan increíble como que Figueredo votara una sede mundialista según sus ideales, que Freddy Varela vote en contra de Tenfield, que Scelza utilice solo un adjetivo ante la oportunidad de describir una cosa o que a Maradona le cambien las líneas de cal por líneas de cocaína y que dirija el partido desde el banco de suplentes. Solo algunos equipos de Venezuela, Bolivia y algún otro país donde el fútbol no es cultura y corrupción, podrían salir a ganar ese partido en lugar de pactar silenciosamente la no agresión.
Pero ojo, no todo es tristeza para el club uruguayo, ya que de ganar este Jueves, quedará con 9 puntos y una diferencia de goles positiva, lo que sería la mejor campaña en los últimos 7 años, superando lo hecho en 2013 cuando también con 9 puntos y saldo cero, quedó afuera ya que Velez y Emelec empataron en mutuo beneficio.
Plomo para los títeres de Damiani o plata para la bruja, una solución tiene que haber.
17/05